La sublimación es una técnica muy utilizada hoy en día en el mundo de la impresión por las empresas dedicadas a ello, como las copisterías e imprentas. Es una técnica gracias a la cual podemos personalizar una gran cantidad de objetos, con tintas de calidad, e incluso las prendas de poliéster —principalmente—. El origen de la sublimación, sin embargo, no es reciente. De hecho, la misma empezó a ser utilizada en la década de los 80-90, aunque en los años 60 ya se dieron los primeros pasos con la creación de las primeras impresoras de sublimación por parte del fundador de esta técnica, Wes Hoekstra, en Pasadena (California, Estados Unidos). Pero ¿En qué consiste exactamente la sublimación?
La sublimación es un proceso mediante el cual, un sólido pasa a estado gaseoso sin haber pasado previamente por el estado líquido. Al proceso inverso mediante el cual el gas pasa a estado sólido se le conoce como sublimación inversa. En el mundo de la impresión y la fotografía, esta técnica funciona mediante un proceso de impresión y un estampado por sublimación mediante el cual se consigue calcar la imagen en el lugar deseado. A continuación, te explicamos con más detalle cómo se lleva a cabo este proceso.
La sublimación es una técnica que necesita de unos aparatos y materiales especiales para poder llevar a cabo el proceso. Estos son:
- Impresora de sublimación: En primer lugar, para llevar a cabo la sublimación, se necesita una impresora de sublimación mediante la cual poder imprimir el dibujo o diseño que se desee con una calidad máxima. A este tipo de impresoras de sublimación se le conocen, también, como impresoras de inyección.
- Tinta y papel de sublimación: Para poder llevar a cabo la sublimación —ya sea una sublimación textil en poliéster o una sublimación en algodón, así como en cualquier otro material no textil— es necesario contar con un adecuado material para desarrollar el proceso. La sublimación en algodón es la más reciente y es viable desde hace apenas unos pocos años. Es necesario, pues, tener un papel de contacto para sublimación y tinta para las impresoras de inyección o impresoras de sublimación.
- Plancha transfer: Esta plancha es esencial para llevar a cabo el proceso de sublimación. Esta máquina consiste en una plancha térmica que sirve para aplicar calor sobre una superficie sublimable.
Para llevar a cabo un proceso de sublimación se deben seguir una serie de pasos mediante los cuales se consigue un resultado óptimo del proceso a desarrollar. Estos son:
Lo primero de todo es seleccionar la imagen o imágenes que van a ser sublimadas. Hay que asegurarse de que estas imágenes tengan calidad suficiente para que el resultado del estampado por sublimación en tazas o la sublimación textil, en general, tenga resultados óptimos.
Lo siguiente es imprimir la imagen a través de las impresoras de sublimación. Recuerdas que estas impresoras deben estar equipadas con papel de contacto y con tinta de sublimación para la inyección.
Una vez que la imagen haya sido impresa sobre el papel de contacto, se procederá al estampado por sublimación. En este caso, será conveniente que elijamos bien el lugar y que no lo volvamos a mover, ya que este se fijará con una cinta térmica para que no se descoloque y para que se mantenga en la posición correcta.
Lo siguiente, una vez que el papel ha sido colocado para el estampado por sublimación —ya sea en sublimación textil de poliéster como en sublimación en algodón— es colocar el producto a sublimar en la plancha transfer. Lo que se consigue en este paso es que la plancha caliente la tinta que pasa de estado sólido a estado gaseoso, fijándose en la parte sobre la cual hace contacto y penetrando en la superficie del mismo.
Por último, lo que se debe hacer es retirar el objeto de la plancha transfer y, una vez que este se haya enfriado un poco, retirar la capa del papel de contacto que ha sido estampado por sublimación. Al final, el resultado es muy similar al de una calcomanía pero aplicado a un proceso industrial.
Ahora que ya sabes en qué consiste la sublimación, lo más seguro es que te estés preguntando qué diferencia hay entre esta y la serigrafía. Y es que esta última técnica resulta ser, también, una de las más utilizadas en el mundo de la impresión. Debes tener en cuenta pues que la principal diferencia entre una y otra técnica radica en el método que utilizan para trabajar.
Mientras que la sublimación funciona similar a una calcomanía, como explicábamos más arriba, la serigrafía funciona como un filtrado selectivo sobre el lugar en el cual se va a aplicar la capa de tinta. La serigrafía es una técnica que funciona mediante una impresión con tinta de gran calidad a través de una malla tensada que se coloca sobre un bastidor —o pantalla— que delimita la ilustración deseada. Dependiendo de cómo se lleve el proceso de estampado, la serigrafía puede ser manual, automática o circular.
Aunque ambas técnicas pueden ser empleadas en textil y en diferentes objetos, la serigrafía funciona con una gama de colores más amplia, mientras que la sublimación utiliza uno colores más limitados, pero propios de las imágenes fotográficas, como el CMYK.
La sublimación, por otro lado, resulta más fácil de llevar a cabo, mientras que el proceso de la serigrafía es más complejo y necesita maquinaria más costosa (según el tipo de serigrafía que se utilice). La serigrafía, así mismo, permite imprimir sobre cualquier tipo de tela mientras que la sublimación no. No obstante, la sublimación imprime las imágenes con una calidad fotográfica, ligeramente superior a la calidad que ofrece la serigrafía. Además, las impresiones realizadas con sublimación se adhieren al objeto y se integran de tal manera que no son perceptibles al tacto, sin olvidar que no pueden ser rayadas ni pierden color.